La revolución
tecnológica
Está creando oportunidades y desafíos sin precedentes. No existe industria que esté exenta de esta revolución, y en el campo de la medicina y cuidados de la salud, el impacto es más notable aún. Cada persona, con sólo una aplicación móvil puede sincronizar sus hábitos y estilo de vida.
Los avances tecnológicos están cambiando la estructura y la organización
del campo médico a través de una transformación impulsada por la inclusión de
big data, internet de las cosas (IoT), inteligencia artificial (IA), y machine
learning, entre otras. El potencial del big data reside en la posibilidad de
combinar los datos tradicionales con otras nuevas formas de datos tanto a nivel
individual como poblacional, y realizar la integración de datos estructurados y
no estructurados.
El uso de la inteligencia artificial puede incluso traducirse en
ventajas económicas, ya que, al ayudar a diagnosticar y detectar prematuramente
enfermedades, se permite reducir el gasto en salud y llegar a ser más efectiva
que los métodos de medicina tradicional. Así lo demostró una herramienta creada
por investigadores de las Universidades de Harvard y Vermont, que permite
identificar casos de depresión analizando fotografías publicadas en
Instagram.
Según ellos, los
resultados fueron mejores que la tasa media de diagnóstico lograda por los
médicos.
Tecnología y salud
han ido siempre de la mano. A algunas como los Rayos x, la Resonancia Magnética
o el TAC estamos tan acostumbrados que no somos conscientes de la revolución
tecnológica que supusieron en su día ni el impacto que tuvieron en el sector
salud. Así que, si la tecnología lleva tanto tiempo unida a la industria
médica, ¿por qué se habla tanto ahora de eSalud?
La respuesta está en el salto que las TIC han dado en los últimos años y
que ha permitido desarrollar soluciones tecnológicas que han transformado esta
industria en todas sus áreas: desde atención al paciente a las intervenciones
quirúrgicas pasando por la formación o el diagnóstico.
Pero ¿cuáles son esas tecnologías de presente en el sector de la salud a
las que el futuro les depara un papel protagonista y transformador?
Realidad Aumentada
La realidad aumentada probablemente sea una de las últimas tecnologías
en entrar en este sector, pero también una de las que mayor proyección de
futuro tiene. El trabajo de desarrolladores junto a cirujanos ha permitido
crear simuladores que permiten al especialista desarrollar la operación, paso a
paso, antes de realizar dicha intervención en un paciente. Esta tecnología es
especialmente importante en procesos experimentales o en cirugías complicadas
pues permiten al especialista conocer las vías de acceso más seguras o
adelantarse a posibles complicaciones antes de operar al paciente.
El otro campo donde la realidad aumentada tiene un impacto transformador
es en la formación, pues gracias a proyectos de modelado 3D dinámico los
estudiantes de medicina pueden ver anatómicamente el cuerpo humano de un modo
hasta hace poco impensable.
Impresión 3D
Tejidos, órganos, medicinas… Las posibilidades que ofrece la impresión
3D parecen infinitas. La impresión 3D de prótesis e implantes ha dejado casi de
parecer novedosa, especialmente en odontología, especialidad pionera en el uso
de esta tecnología. Los traumatólogos son otros de los especialistas que más
impulso han dado al uso de la impresión 3D en medicina pues además de los
implantes óseos se está usando para simulacros de cirugía. Esta técnica les
permite conseguir una pieza idéntica a los huesos del paciente que ha de ser
operado y “ensayar” el procedimiento con antelación. El futuro vendrá con la
impresión de tejidos y órganos, aunque para ello todavía quede un tiempo.
Robótica
Desde la invención de la cirugía laparoscópica, los quirófanos han ido
encontrando en la robótica su nuevo mejor aliado. La cirugía asistida por
robots es ya una realidad en muchos centros sanitarios del mundo con la
presencia de autómatas como Da Vincci, el más conocido, o Rosa. Da Vincci,
manejado por el cirujano como si de un Iron Man de la medicina se tratase, se
usa principalmente para la extracción de próstata. Mientras, Rosa asiste a los
neurólogos ayudándoles a extirpar aquellos tumores a los que de otra forma no
se llegaría. Sus grandes ventajas son la precisión que ofrecen y las
posibilidades de integración con imágenes que ayudan a guiar al cirujano en
tiempo real durante la intervención.
Pero el futuro de la robótica no sólo está en el quirófano. También se
está trabajando en su adaptación a otras áreas como la atención a personas
dependientes o la realización de exámenes médicos a distancia.
Wearables
Saliendo del quirófano las TIC también tienen un papel que jugar,
especialmente en atención del paciente, diagnóstico y seguimiento. Los
wearebles, por ejemplo, permiten medir las 24 horas del día la tensión arterial
o los niveles de azúcar en sangre, un control esencial para aquellas personas
que padecen hipertensión o diabetes, y que facilitan el registro cuando el
paciente es un niño.
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